Red Hot en Madrid

El pasado día 2 de junio, el compañero Borja y el que escribe asistimos al directo de los californianos Red Hot Chili Peppers en el Palacio de los Deportes de Madrid. Más de 15.000 personas esperaban ansiosas el espectáculo y el potente sonido de una de las bandas de rock con más éxito de los últimos años. La verdad es que el precedente de los dos conciertos anteriores en Barcelona mosqueaba bastante. Comentaban que allí la gente había salido bastante cabreada porque los guindillas se habían dedicado a explotar mucho su nuevo trabajo y se olvidaron de aquellos hits que les han llevado a ser lo que son. Y es que, personalmente, el doble CD de Stadium Arcadium se me antoja un pelín excesivo: muchos temas son prescindibles, aunque otros como Dani California, Snow o 21st Century no le van a la zaga a Give it Away o Can't stop. El tema es que yo estaba entre esta duda y la enorme satisfacción del concierto de Vista Alegre, cuatro años atrás, donde el cuarteto estuvo a una gran altura. Así las cosas, lo cierto es que una vez en escena, la magia en las cuerdas de Frusciante, el portentoso bajo de Flea y la exultante presencia rítmica de Chad Smith consiguieron que todos disfrutáramos como enanos. Se echaron de más ciertas pajas musicales, como la siempre esperada jam del guitarra (esta vez tocó How Deep Is Your love, que aunque original de los Bee Gees, a mí me trae el regusto vomitivo de la inefable versión de los Take that), los gorgoritos fuera de tono de Kiedis o la despedida con una especie de dueto de cuerda sintetizado de Flea y Frusciante. El tema es que, sin la calidad de otras veces e incluso llegando a las dos horas la gente salió con ganas de más: la pitada fue flipante y estruendosa cuando plegaron. Yo de hecho me sentí un poco estafado, pero la perspectiva de la sobriedad y la persistencia en retina de auténticos momentazos me empujan a decir que la próxima vez también pagaré la entrada. Afortunadamente el ser humano tiene la maravillosa habilidad de ensalzar lo bueno y olvidarse de lo malo. Así somos. En septiembre tocan los jefes: Pearl Jam, palabras mayores...